Resumen:
La resistina es una proteína de 12,5 kDa rica en residuos de cisteína que se secreta principalmente en los adipocitos. El descubrimiento de la resistina pareció ser un principio prometedor para el tratamiento de la resistencia a la insulina inducida por la obesidad. Sin embargo, aunque en roedores su función parece estar relacionada con el empeoramiento de la sensibilidad a la insulina, en humanos todavía no se puede afirmar con claridad su papel. En los roedores, la resistina actúa de forma perjudicial en la ruta de señalización de la insulina en los principales tejidos diana, como son el tejido adiposo, el hígado y el músculo. Esta hormona también estimula la producción hepática de glucosa y sus niveles circulantes son elevados en animales obesos, mientras que estos niveles disminuyen de manera muy significativa después de la restricción alimenticia. Todos estos datos sugieren que además de la resistencia a la insulina, la resistina también ejerce una acción importante en la regulación de la homeostasis metabólica. Además, en humanos, dada su expresión en células mononucleares, es de suponer que esta proteína juega un papel importante en los procesos inflamatorios y/o inmunitarios. Aunque los trabajos que han estudiado sus acciones en relación a la resistencia a insulina inducida por la obesidad son bastante contradictorios, es de esperar que pueda ejercer múltiples funciones biológicas, teniendo en cuenta la variedad de tejidos en que es expresada.