Resumen:
El documento que se presenta es resultado de la investigación realizada en el marco del Doctorado en Urbanismo de la Universidad Autónoma del Estado de México. Parte de la inquietud de indagar sobre las políticas públicas que, para mejorar las condiciones de seguridad en México, han abordado el fenómeno a partir de estrategias amplias, integrales y no policiales, es decir, desde una perspectiva de seguridad ciudadana. Esto, con una propuesta urbanística, con estrategias aplicada a realidades urbanas y que intervienen los espacios públicos desde el urbanismo culturalista y como transformación social. El trabajo buscó responder si las políticas públicas que implican mejoras en los espacios públicos han tenido incidencia en la seguridad ciudadana en contextos urbanos específicos, en este caso, en el área urbana del municipio de Toluca, en cuatro polígonos seleccionados por la política federal de prevención social (2014-2018). Planteó que esta incidencia debe ser reflejada mediante un conjunto de indicadores desarrollados a partir de la función del espacio público y de su percepción de seguridad o inseguridad.
Descripción:
Durante la investigación se encontró que los espacios públicos intervenidos a partir de una política urbana de seguridad ciudadana no siempre tienen un efecto tendiente a mejorar la percepción de inseguridad, sino que esto sucede cuando ciertas condiciones se cumplen. Estas condiciones son el cumplimiento de criterios que este trabajo denominó dimensiones del espacio público: diseño urbano, función social y socio-territorial. Para que el espacio público tenga un efecto en la seguridad ciudadana, que se denominó como securizante, se deben atender los criterios de estas tres dimensiones y establecer una relación dinámica entre las tres, convirtiendo al espacio público en un elemento funcional en el entramado urbano y conector. Cuando las intervenciones se reducen a solo mejoras estéticas o de ubicación de mobiliario, sin incentivar función social o sin considerar elementos socio-territoriales, no existe tal efecto en las condiciones de seguridad. También se documentó una desconexión entre las acciones de mejora de los espacios públicos, las políticas urbanas, los objetivos de mejora en la seguridad y los resultados obtenidos. Particularmente, las políticas públicas de seguridad y urbanas son sectoriales, y su aplicación en el espacio público no complementa los objetivos de cada una. Esto genera que la percepción de inseguridad, pese a las intervenciones en los espacios públicos, sea la de temor y desconfianza.