Resumen:
La investigación tiene como pregunta fundamental: ¿Qué es el Dinero ? Esta interrogación, a más de poder sugerir una que otra respuesta, tiene como objetivo poner en entredicho al Dinero en cuanto idea (fijar el significado de una cosa con base en la creencia de la cosa) sin la cobertura o el compromiso de proponer una idea más auténtica o verdadera como solución o respuesta.
La tesis parte de una hipótesis que recorre de cabo a rabo sus tres capítulos: el dinero está cumpliendo las funciones de Dios en la época actual, a saber: la administración de Muerte, la formación e institución de la Persona, la creencia en el Futuro y la de ser Realidad de realidades. Por tanto, para encarar esta situación teológica –dineraria– fue necesario, en el primer capítulo, esbozar un pensamiento no sumiso a la Realidad, un pensamiento desmandado que parte de la convicción de que las cosas no son lo que son en cuanto cosas ideadas.
El pensamiento desmandado, no sumiso a la Realidad y sus ideas, es capaz de posicionarse, por las buenas, ante la Realidad de realidades: el Dinero. El segundo capítulo clarifica el funcionamiento del Dinero, en cuanto idea, como vicario de Dios por medio del análisis, por ejemplo, de la semana como unidad cronológica y laboral por la cual él se sostiene (quién de nosotros va a negar que Lunes es lo que es y con ello poner en tela de juicio el despliegue de las jornadas laborales); también, se elabora un análisis del Tiempo mediante el discernimiento de las funciones del calendario, el Futuro y la esperanza; por otra parte, se analiza la sociedad del Bienestar (multiplicación y falsificación de bienes y servicios de modo masivo con la finalidad de proporcionar, como mero pretexto, un sustento material al movimiento ideal del Dinero) y el régimen del Contento (la consolidación del Individuo contento en un régimen de consumo insatisfecho que perpetúa el placer y el deseo) a la luz del concepto de despilfarro, esto es: la obsolescencia acelerada de las cosas, la multiplicación de la basura y el desperdicio acelerado de éstas por estar sometidas al movimiento ideal (en meras cifras) del Dinero.
Finalmente, el tercer capítulo presenta un desplazamiento que va del análisis en términos teológicos del Dinero a un análisis cómico del mismo. Para ello, se describe la comedia del Dinero, el Bobomundo, de Agustín García Calvo y algunas referencias, muy someras, a Plauto de manera que podamos revelar, sobre las tablas y con el descubrimiento de una risa hiriente, la falsedad del Dinero y lo que, en cuanto personajes de su comedia, padecemos gracias a los grados de Fe que se le presten.