Resumen:
Ante el despojo de los bienes comunes, materiales e inmateriales, en el contexto de la acumulación por desposesión planteada por David Harvey, está emergiendo un nuevo antagonismo social contra el paradigma extractivo y la mercantilización de la vida. La relación del cuerpo y las emociones emerge como un terreno de lucha contra la afectación ambiental, al mismo tiempo que habilita un tiempo y espacio autónomo para la prefiguración de una sociedad porvenir.