Resumen:
Hasta finales de los 80’s, el eje central del sistema político de México giraba
en torno al presidente y su relación con el partido gobernante, ya que ese era el
origen de la fuerza hegemónica del partido oficial en todo el país, y le daba al
presidente fortaleza y control político sobre la mayoría de las instituciones
públicas.
Desde la fundación del Partido Revolucionario Institucional en 1929, hasta
1989 no había perdido nunca una elección presidencial, una elección de
gobernador o una elección de senador. Se identifica el comienzo de una larga
etapa de partido hegemónico caracterizado por un presidencialismo extremo
pero institucionalizado en el marco de un partido político revolucionario.