Resumen:
Un elemento constitutivo de la vida político-administrativa en México es la comprensión del desarrollo de la política social emprendida por el gobierno para brindar tratamiento al problema de la pobreza. El origen de dichas políticas radica en las variadas y cambiantes necesidades humanas, ya que en ningún momento se puede catalogar a la sociedad como estática e inmutable. Por ello los diversos Programas sociales como el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) y su más reciente versión vertida en Oportunidades han emprendido acciones con el fin de paliar las desigualdades sociales y lograr una adecuada cohesión social.
Bajo esta tesitura se puede entender al Estado como un ente regulador de la sociedad siendo su fin la procuración del bien común, sin embargo la pobreza representa la mayor dificultad para lograr éste objetivo además de ser el principal obstáculo para alcanzar el Desarrollo Humano. A lo largo del tiempo el gobierno mexicano ha puesto en marcha Programas de combate a la pobreza que pese al cambio de administraciones y nombres han seguido vigentes, prueba de ello son Pronasol y Progresa que se basaron en un sistema de subsidios que al paso del tiempo y ante los cambios sociales no demostraron generar condiciones para que la población hacia la cual dirigía su atención alcanzara un pleno desarrollo.