Resumen:
Para las sociedades que viven bajo regímenes autoritarios o totalitarios, la democracia es un proceso lento y largo, tanto más para quienes la estudian y la viven y desean verla avanzar con mayor velocidad. El comienzo del proceso democratizador en México José Woldenberg Karakowsky lo ubica en el año de 1977; no porque antes no se hubieran escenificado fuertes y hasta heroicas luchas democratizadoras o se hallan dado aflojamientos de los amarres autoritarios.
Lo ubica en ese año porque a partir de ahí: “Se configuró la estructura del cambio, es decir, un proceso que se desarrolla en una misma dirección democratizadora, fortaleciendo partidos y cuyos momentos de expansión se cristalizaron en las negociaciones y reformas electorales” (Woldenberg, 2004: 9)
En 1977, por primera vez se abrieron las compuertas para el libre desarrollo de las opciones organizadas y para su asistencia al mundo electoral. Por lo tanto:
Se declara a los partidos políticos como entidades de interés público y de paso su constitucionalización, es decir, al reconocimiento de la personalidad jurídica de los partidos en plural y a su importancia en la conformación de los órganos del Estado. Se abre la puerta de la competencia electoral, mediante el registro condicionado a las fuerzas políticas más significativas de la izquierda mexicana hasta entonces marginadas. (Woldenberg, 2004: 9)