Resumen:
La tendencia del ser humano a lo largo del tiempo es a deteriorar el medio ambiente, al producir algún
grado de contaminación al mismo, lo que se conoce como “huella de carbono”. Es claro que no es
posible cambiar drásticamente los hábitos de vida, en particular la satisfacción de las necesidades de
vestido, que actualmente conlleva el uso de ropa diseñada con nuevas telas, cuya producción involucra
procesos altamente contaminantes por la cantidad de agua y colorantes naturales y artificiales que se
ocupan, de los cuales, sobresalen los que se clasifican como ácidos y básicos [1]. La industria textil
es una de las que más agua consume y contamina, al afectar los mecanismos de fotosíntesis en ríos,
lagunas y mares. Actualmente, el planeta presenta severos problemas ambientales relacionados con
la contaminación del agua y el aire. En México existe la Norma Oficial NOM-014-ECOL-1993 que
regula los niveles de contaminación del agua proveniente de la industria, la cual dictamina que antes
de descargar el agua residual a los ríos más cercanos, debe de pasar previamente por plantas
tratadoras. Las industrias textiles generan en promedio 200-350 m3 de aguas residuales por tonelada
de fibra teñida terminada [2], las cuales son descargadas, después de haber pasado por un
tratamiento, en los afluentes; la problemática es que dicho tratamiento no es suficiente para eliminar
todos los residuos contaminantes, como los colorantes textiles, lo que representa un enorme problema
ambiental [3]. En particular esas aguas residuales se caracterizan por presentar un color intenso, alto
pH, alta demanda química de oxígeno y biotoxicidad [4], por ello, es necesario buscar alternativas
efectivas para la degradación de los colorantes. lgunas de las alternativas que se han propuesto en los últimos años para resolver esta problemática
son biológicas, por medio de enzimas [5], químicas, llamados Procesos Avanzados de Oxidación
(PAO´s,), los cuales son la técnica más usada actualmente [6] y físicas, por medio de plasmas.
Existe una gran variedad de colorantes textiles pero los que mayormente se usan en la industria son
el tipo Azo (Azoico) entre los cuales sobresale el Negro Ácido 52 (Acid Black 52, AB52 por sus siglas
en inglés) que se aplica sobre fibras proteicas como la lana y las fibras colorantes de poliamida como
el nylon. Este tipo de colorante muestra una resistencia al lavado, lo que lo convierte en un
contaminante en las aguas residuales y no puede tratarse por métodos convencionales.
En este trabajo se usaron plasmas como medio para tratar el agua con el colorante AB52, este método
es posible aplicarlo a bajas presiones, así como a presión atmosférica, produciendo diferentes
especies atómicas y moleculares, las cuales son las responsables del proceso de degradación del
colorante; además, este proceso destaca sobre otros porque no genera contaminación secundaria.