Resumen:
En el ámbito educativo existen diversos programas que ofrecen a los docentes un modelo elaborado y contrastado de intervención educativa encaminada a mejorar las capacidades fundamentales de aprendizaje de los alumnos. Dichos programas comenzaron a surgir a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta; se han desarrollado y mejorado desde entonces, actualmente están sólidamente implementados. Lo que proponemos en este trabajo es ir más allá de modelos y programas educativos que han limitado su quehacer hacia el crecimiento de programas en enseñanza – aprendizaje, de donde surge la necesidad de una filosofía de la educación. La filosofía en la educación ha tenido un papel relevante para el desarrollo intelectual de la humanidad; pensadores como Platón, Rousseau, Montaigne, Nietzsche y Dewey, entre otros, han delineado trazos fundamentales para el quehacer educativo, no obstante, en las últimas décadas encontramos una actitud negativa hacia el ejercicio de la filosofía en la educación, por esta razón, surge la imperiosa necesidad de rescatar su labor en la formación de seres humanos integrales, preocupación que le ha permitido perdurar a lo largo de la historia. La filosofía para niños nace como un “programa” desarrollado por Matthew Lipman (agosto 1922–diciembre 2010), profesor de Filosofía en la Universidad de Columbia, Nueva York, en la década de los sesenta. Dicho programa ha tenido una gran difusión en todo el mundo, existiendo traducciones de los materiales básicos a muchos idiomas y contando con centros activamente involucrados en el conocimiento y la difusión del programa, incluyendo la investigación, adaptación de materiales y formación del profesorado