Resumen:
Cada vez que analizamos el turismo o requerimos efectuar algún diagnóstico
sectorial, recurrimos a cuantificar la totalidad de turistas que nos visitan.
Pareciera que entendemos que nuestro país es competitivo internacionalmente
por poseer un lugar importante en un número de llegadas internacionales; sin
embargo, el volumen puede ser un indicador falaz de crecimiento. El verdadero
indicador es el beneficio generado. Perseguir cantidades no constituye un
pecado, pero el volumen no es la clave de las utilidades. No debe entenderse
que los conceptos de cantidad y utilidad son antagónicos, lo que resulta
contraproducente es trastocar el sentido del negocio. La finalidad de los
negocios turísticos es tener utilidades, el volumen es su multiplicador. Sentado
este principio, permítase un pequeño análisis al respecto, considerando una
perspectiva de turismo mundial.