Resumen:
Desde la aparición de los primeros museos, que en realidad su construcción no tenía ese fin, existían edificaciones o construcciones que tenían como objetivo principal el “coleccionismo” de objetos que tuvieran una importancia o un valor individual otorgándole a los propietarios un estatus dentro de un grupo cultural, estos objetos podían ser armas, trofeos, obras de arte y alguno que otro objeto sustraído de la naturaleza (animales, piedras, plantas). El coleccionismo se vuelve parte importante de las civilizaciones teniendo un auge dominante, así como el tener un espacio donde exhibirlos, mostrando sólo a unos cuantos su peculiaridad tanto física como contextual.
En los años siguientes el arte y la cultural eran conceptos que sólo gozaban unos cuantos, pero en estas colecciones el sentido científico resurge, la conservación también impera y se cree que al transcurrir el tiempo ayudarían a fomentar el desarrollo cultural y de educación en cada región o país volviendo públicas las entradas a estos recintos permitiendo que la difusión de los objetos se generalice.