Resumen:
El regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Poder Federal sorprendió a diferentes sectores de la comunidad nacional e internacional. En los primeros días de la administración de Enrique Peña Nieto (EPN) se anunciaron 11 reformas estructurales a la constitución, éstas eran en materia de energía, política, educación, economía, hacienda, laboral, financiera, telecomunicaciones, entre otras (Reformas Estructurales para transformar a México, 2016).
Una de las que llamó más la atención fue la de Telecomunicaciones, el 14 de julio de 2014 (Diario Oficial de la Federación, 2014), debido a que para el inicio del gobierno de Peña Nieto no existía alguna reglamentación donde el gobierno pudiera demostrar su legalidad y democracia aplicada en los medios de comunicación, es decir, que estableciera las formas de regular las telecomunicaciones desde el Poder federal. Si bien existían antecedentes como la Ley Federal de Telecomunicaciones de 1995 no cumplían con el objetivo de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que enfatizaba en el quehacer de los medios públicos.
Lenin Martell es uno de los investigadores que ha estudiado el desarrollo de la radiodifusión pública en México. Al respecto, Martell afirma que:
Hasta la primera década del siglo XXI, el Estado mexicano no se había preocupado por desarrollar a la radiodifusión como un servicio público. Había creado emisoras estatales y culturales pero con ausencia de una política de Estado hacia la radiodifusión pública (Martell, 2017: 121).
Uno de los aspectos más importantes en la reforma fue el tema de las audiencias, porque por primera vez en los artículos 6, 7 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se tomó en cuenta a las audiencias como sujetos de derecho y no como simples consumidores. La reforma implicaba una modificación en materia de telecomunicaciones y radiodifusión.
La reforma proponía la promoción de la competencia tanto en la radiodifusión como en las telecomunicaciones, argumentando que era este principio fundamental el que permitiría al Estado garantizar que el ciudadano ejerciera su derecho a la información de manera libre, fácil y rápida (Arroyo, 2015: 62).
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Para el Estado era importante garantizar a la ciudadanía que el viejo régimen había terminado y el “nuevo PRI” renovaría las leyes constitucionales con la promesa de un mejor desarrollo para el país.1
Los derechos de las audiencias están vinculados con el ejercicio pleno de otros derechos fundamentales tales como el derecho a la información, el derecho a la privacidad, la libertad de expresión (antecedido por la libertad de conciencia y la libertad de opinión) y el derecho de réplica; los cuales solo pueden ejercerse plenamente en el marco del acceso democrático y plural a los medios (Sánchez, 2016: 103).
En la reforma se tocaron puntos específicos donde se hablaba de audiencias y cuestiones que intervinieran con sus derechos entre ellas:
1) Acceso a la información
2) Competencia y calidad brindando cultura a la población
3) Libertad de opinión
4) Prohibición de monopolios
Descripción:
La radio pública se ha modificado y ha luchado para desarrollarse ante barreras jurídicas y comerciales establecidas por un Estado carente de interés por ofrecer una programación de calidad y utilidad social a las audiencias.
Las defensorías emergen ante la necesidad de crear un vínculo entre los medios de comunicación y la sociedad civil para que el público conozca sus derechos y que el gobierno garantice los deberes políticos hacia la audiencia.
El defensor de la audiencia actúa como un medio para la construcción de una ciudadanía democrática pues su trabajo no solo radica en difundir información sobre derechos. Acercar a las audiencias con quien les emite contenidos: sugerencias, quejas, peticiones, opiniones, felicitaciones y consultas también es parte del quehacer del defensor de audiencia.
Para Radio Educación, establecer un canal con sus audiencias a partir de las herramientas institucionales le ha permitido generar un vínculo con los radioescuchas y tener impactos positivos en la sociedad, como la participación activa, la transmisión de cultura y la apertura a un diálogo en una sociedad mediática.
A diferencia de la radio comercial, la radio pública debe imaginar y relacionarse con la audiencia con base en sus discursos y la respuesta a los contenidos que se le presentan; esto es trabajo no solo de los productores sino de todo el equipo que trabaja en la emisora.
La creación de contenidos de utilidad social permite que las audiencias se interrelacionen con el medio a través de la participación en temas de interés colectivo que los medios comerciales no permiten por sus características e intereses de lucro.
A través de los defensores de audiencia se abren canales de retroalimentación entre medio y audiencia que ayudan a ampliar los temas de la esfera pública.