Resumen:
Las empresas se encuentran en una búsqueda permanente de competitividad nacional y global, así como en un mercado dinámico de productos y servicios, hechos que las obliga a enfrentar cambios y adaptarse a nuevos retos para sobrevivir. En este sentido, la empresa familiar depende en gran medida del emprendedor (Robles y Marcelino, 2012), poseedor de características que hacen propicio el desarrollo de actividades empresariales de forma independiente, tales como las motivaciones personales, la independencia laboral y la necesidad de cubrir el sustento familiar.
En este trabajo, la empresa anfitriona es una constructora familiar fundada hace 28 años en Valle de Bravo, Estado de México. Desde siempre tuvo éxito y reconocimiento por la calidad de los proyectos desarrollados, lo que le llevó a edificar su prestigio de boca en boca. Apenas hace pocos años, la empresa ha dejado de crecer. Ante este “foco rojo” y a partir de la relación personal con el fundador, quien esto escribe se desempeñó como coatch para detectar problemas internos, tales como centralismo de poder, inexistencia de estructura organizacional funcional, duplicidad de tareas, falta de control de la maquinaria ligera y pesada, así como ausencia de nuevos proyectos.
En este estudio cualitativo prevalece, según Álvarez-Gayou (2005:14), un método a priori-deductivo, en donde la captura de hechos y evidencias llevan a deducir factores particulares que pueden o no ser demostrados objetivamente, a partir de un marco teórico-interpretativo. Dicho marco fue el desarrollo organizacional (DO) y, específicamente, el rediseño estructural como intervención para hacer frente al cambio.
Así, el objetivo de este trabajo ha sido proponer estrategias de intervención de rediseño estructural en una empresa familiar del ramo de la construcción ubicada en Valle de Bravo, con la finalidad de reducir problemas en la operación cotidiana, a partir del acompañamiento de consultor externo (coaching).
Descripción:
Las empresas se encuentran en una búsqueda permanente de competitividad nacional y global, así como en un mercado dinámico de productos y servicios, hechos que las obliga a enfrentar cambios y adaptarse a nuevos retos para sobrevivir. En este sentido, la empresa familiar depende en gran medida del emprendedor (Robles y Marcelino, 2012), poseedor de características que hacen propicio el desarrollo de actividades empresariales de forma independiente, tales como las motivaciones personales, la independencia laboral y la necesidad de cubrir el sustento familiar.
En este trabajo, la empresa anfitriona es una constructora familiar fundada hace 28 años en Valle de Bravo, Estado de México. Desde siempre tuvo éxito y reconocimiento por la calidad de los proyectos desarrollados, lo que le llevó a edificar su prestigio de boca en boca. Apenas hace pocos años, la empresa ha dejado de crecer. Ante este “foco rojo” y a partir de la relación personal con el fundador, quien esto escribe se desempeñó como coatch para detectar problemas internos, tales como centralismo de poder, inexistencia de estructura organizacional funcional, duplicidad de tareas, falta de control de la maquinaria ligera y pesada, así como ausencia de nuevos proyectos.
En este estudio cualitativo prevalece, según Álvarez-Gayou (2005:14), un método a priori-deductivo, en donde la captura de hechos y evidencias llevan a deducir factores particulares que pueden o no ser demostrados objetivamente, a partir de un marco teórico-interpretativo. Dicho marco fue el desarrollo organizacional (DO) y, específicamente, el rediseño estructural como intervención para hacer frente al cambio.
Así, el objetivo de este trabajo ha sido proponer estrategias de intervención de rediseño estructural en una empresa familiar del ramo de la construcción ubicada en Valle de Bravo, con la finalidad de reducir problemas en la operación cotidiana, a partir del acompañamiento de consultor externo (coaching).