Resumen:
El objetivo del presente trabajo fue reunir, analizar y presentar la información más relevante acerca de la infección causada por micobacteriosis en peces, su impacto en la producción y posibles efectos en salud pública. A nivel mundial las enfermedades de peces constituyen una amenaza para el desarrollo y sostenimiento de la acuicultura, ya que si aparecen de forma esporádica, periódica o sostenida limitan la producción. La micobacteriosis (tuberculosis húmeda) en peces o “micobacteriosis atípica” es una enfermedad crónica progresiva; afecta a un amplio rango de especies de agua dulce y salina, particularmente observada en peces de acuario, generando enfermedad crónica sistémica que tiende a formar granulomas externos e internos diseminados; sin embargo, ninguno de estos agentes produce una lesión o signo distintivo, por lo que se requiere hacer un diagnóstico confirmatorio en laboratorios especializados. En las micobacteriosis en peces provocada por micobacterias no tuberculosas (MNT): Mycobacterium marinum, M. chelonae y M. fortuitum, bacterias presentes en el ambiente acuático, la transmisión de la infección se da a través de lesiones en la piel, branquias e intestino, por consumo o contacto con animales o por protozoarios infectados; adicional a ello en peces vivíparos se ha demostrado una transmisión vertical. Sin embargo, el estrés de la manipulación, confinamiento y transporte se consideran como factores predisponentes de la enfermedad. En el hombre, los principales pacientes suelen ser personas mayores o debilitados y que típicamente están relacionados con la manipulación de peces y actividades recreacionales, y se conoce como “granuloma de las piscinas o de los acuarios”, ya que suelen producirse tras pequeños traumatismos cutáneos provocados en piscinas, albercas, estanques o acuarios, además de que de forma característica también existe el antecedente de lesiones con espinas de pescado o al manipular
crustáceos. El proceso cutáneo es crónico y con un período de incubación de 2 a 8 semanas. En general suelen ser lesiones únicas, aunque en ocasiones se propagan y ascienden con una distribución lineal esporotricoide. En un tercio de los casos pueden invadir los tejidos profundos llegando a los tendones y los huesos. El diagnóstico de la micobacteriosis atípica se fundamenta en la sospecha clínica ante un historial clínico que sugiere exposición a fuentes de contagio o exposición, en donde pudieran estar presentes MNT. El diagnóstico de confirmación se realiza a partir de biopsias obtenidas de los órganos o tejidos con lesión nodular a los cuales se les practican estudios inmunohistoquímicos, histológicos y microbiológicos. Aunado a los aportes locales e internacionales que la piscicultura ofrece, en la actualidad esta actividad se enfrenta a una gran variedad de factores de riesgo que pueden afectar la productividad, entre los que se incluyen la incidencia y dispersión de enfermedades entre las poblaciones de peces, algunas de las cuales pueden tener importancia zoonótica como el caso de las MNT.