Resumen:
El objetivo de este trabajo fue la evaluación y comparación de dos hidrocoloides en el microencapsulamiento de aceite de ajonjolí por el método de secado por aspersión; estos agentes encapsulantes fueron el mucílago de tamarindo (M1) y la goma arábiga (M2), empleando una relación de material encapsulado con respecto al agente encapsulante de 1:2 (Co: WA) para ambos sistemas. El contenido de humedad para el sistema M1 presentó un valor de 2.74% en base seca y para el sistema M2 fue de 3.76%. La eficiencia de encapsulamiento para las microcápsulas del sistema M1 fue de 80.96%, y en las microcápsulas del sistema M2 se presentó un valor de 82.53%, con una semejanza notable. Con respecto al análisis de oxidación del aceite a granel y encapsulado por los hidrocoloides, en la medición de peróxidos, se observó que ambos sistemas microencapsulados presentaron una estabilidad de oxidación considerablemente mayor al aceite de ajonjolí a granel (como se observa en la figura 12, en donde el aceite a granel alcanza el máximo valor establecido por CODEX Alimentarius en la primera semana), y presentado un patrón de oxidación similar en ambos sistemas encapsulantes, con valores máximos de peróxidos para el caso del sistema M1 de 4.975 mEq/ kg aceite y para el sistema M2 de 9.162 mEq/ kg aceite, los cuales se encuentran por debajo del límite establecido por la comisión CODEX Alimentarius (<10 mEq/ kg aceite), para el consumo humano. Por lo tanto, los resultados obtenidos llevan a concluir que el mucílago de la semilla de tamarindo es una opción viable para brindarle protección al aceite de ajonjolí fungiendo como agente encapsulante, ya que resultó competitivo con respecto a la goma arábiga presentando valores muy parecidos entre ambos sistemas (M1 y M2) tanto en las propiedades físicas, como en la retención del aceite y en la oxidación del aceite encapsulado.
Descripción:
En la actualidad, la industria alimenticia busca el desarrollo de productos (bebidas, dulces, snacks, capsulas, entre otros) que satisfagan las necesidades del consumidor actual, centrándose en aquellos que sean de bajo costo, de fácil producción, sustentables, que aporten beneficios nutrimentales a la salud del consumidor y que al mismo tiempo sean de origen natural, sacando el mayor rendimiento de las materias primas empleadas. Esta tendencia presentada por los consumidores hacia los ingredientes naturales ha aumentado el uso de los hidrocoloides cuya demanda ha crecido exponencialmente a través de los años, ya que cumplen perfectamente las funciones que la industria busca para satisfacer al mercado alimenticio (siendo algunos de los usos el dar forma y textura a los alimentos sin cambiar el sabor de los mismos) y que derivan de fuentes naturales como la corteza de los árboles, semillas, cascara de frutas y semillas. En México en los últimos años, ha aumentado radicalmente el empleo de los hidrocoloides, por su función como emulsionantes y estabilizantes, lo que los hace muy solicitados por los proveedores de materias primas.
Derivado de ello, los mucílagos de semillas los cuales son fuentes naturales de hidrocoloides toman importancia debido a los bajos aportes calóricos ideales para el desarrollo de alimentos dietéticos, lo que los convierte en una opción viable y potencial para su investigación dentro de la industria alimenticia y/o farmacéutica. Como es el caso del mucílago extraído de la semilla de tamarindo, el cual se ha estudiado en años recientes, y que en México actualmente el mercado de Tamarindo tuvo una producción durante 2018 de 51 mil toneladas al año de acuerdo con la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, además siendo la semilla un residuo de la producción.
Por otro lado, se tiene registro que el consumo de aceites que contienen nutrientes esenciales ( como los ácidos grasos y las vitaminas) aportan múltiples beneficios a la salud de los consumidores, como es el caso del aceite de ajonjolí que posee un alto aporte nutrimental, siendo rico en proteínas, en su valor energético y su alto contenido de ácido linoleico Omega-6 (siendo una de las fuentes vegetales más ricas de este ácido graso esencial) el cual tiene una función crucial en el fortalecimiento del sistema nervioso, la protección del sistema cardiovascular, y que favorece a la regulación del colesterol en la sangre, entre otros beneficios. Sin embargo, la estructura insaturada del aceite de ajonjolí lo hace un material termolábil por lo que lo hace susceptible a la degradación al exponerse a factores ambientales como el calor, luz, la presencia de humedad y oxígeno, además de tener una vida de anaquel corta en comparación a otros productos (atún en aceite vegetal, cereales integrales, semillas de girasol) por lo que es importante protegerlo mediante una capa protectora de los agentes ambientales. Siendo una de estas formas la microencapsulación, disminuyendo la cantidad de aceite no encapsulado en la superficie de las partículas a través de agentes encapsulantes con alta actividad emulsificante y alta estabilidad, como es el caso de los hidrocoloides, en concreto las gomas y los mucílagos.
Por lo mencionado anteriormente, el objetivo de este estudio fue evaluar y realizar la comparación de dos hidrocoloides en el microencapsulamiento de aceite de ajonjolí mediante el secado por aspersión. Estos hidrocoloides son la goma arábiga y el mucílago extraído de la semilla de tamarindo. El primero siendo un agente encapsulante empleado comúnmente como en la industria para crear películas y recubrimientos comestibles, y el segundo como un material emergente en la industria y que puede ser una alternativa dentro de la misma debido a su modo de obtención (ya que prácticamente es un residuo de una materia prima como lo es la pulpa de tamarindo), y las propiedades del tamarindo.