Resumen:
En 1940 se iniciaron las obras de trasvase del agua de los manantiales de la cuenca del alto Lerma para su traslado a la creciente y sedienta ciudad de México. En el desarrollo del proyecto Lerma se entubaron manantiales de Texcalyacac, Ocoyoacac, Techuchulco, Atarasquillo y Almoloya del Río, solo por mencionar algunos.
La explotación de los manantiales de Almoloya del Río conllevó a la desecación de su laguna, y por ello, mermaron de forma considerable las actividades productivas a las que los pobladores se habían dedicado por generaciones, sin embargo, la alimentación tradicional lacustre se mantuvo como muestra tangible de la Pervivencia Cultural.