Resumen:
Últimamente, el desarrollo fetal y neonatal ha sobresalido como períodos decisivos del desarrollo cuando el ambiente puede interactuar con el genotipo del individuo en desarrollo, y tener un efecto perpetuo en el fenotipo. En el desarrollo intrauterino, existen varios factores a los cuales el feto es sensible y está expuesto, principalmente a través del tejido materno, entre estos esta los hábitos alimentarios de la madre, que tendrá una gran implicación en la salud y estado físico del feto durante el desarrollo. La escasez de nutrientes durante el embarazo conlleva a la restricción del crecimiento intrauterino y enciende mecanismos de adaptación que permiten la administración selectiva de nutrientes a órganos vitales como corazón y cerebro.
El hierro (Fe) es un elemento traza esencial para todo organismo vivo (a excepción de los virus), ya que interviene en funciones mitocondriales, síntesis y reparación de ADN, así como diversas funciones enzimáticas para la supervivencia celular además de la eritropoyesis. Durante el embarazo, el hierro va a ser primordialmente destinado a la formación de medula ósea, músculos (corazón principalmente) y cerebro. Ante su deficiencia puede dejar a un lado su participación en el desarrollo y función de otros órganos como el riñón. La deficiencia de hierro (ID) es la carencia más común de micronutrientes en todo el mundo. Cerca de 2000 millones de personas , más del 30% de la población mundial, padecen anemia, debido principalmente a la deficiencia de hierro, un problema que en las regiones de escasos recursos con frecuencia se ve agravado por diversas enfermedades infecciosas. En México, según los datos más actuales con respecto a ID, existe una prevalencia de ID del 24.8% en mujeres de 20 a 49 años.