Resumen:
La palabra micotoxina del origen etimológico griego mikes y toxina, que significan hongo y veneno respectivamente, se definen como metabolitos secundarios producidos por los hongos que no son esenciales para su crecimiento, a su vez el Codex Alimentarius incluye a las toxinas naturales (micotoxinas) dentro de su definición de contaminante; cuando se habla de micotoxinas por ende se tiene que hacer referencia a los hongos, clasificados dentro del reino fungí. Los hongos pueden ser unicelulares o pluricelulares; los primeros llamados levaduras, los segundos constituidos son conocidos como mohos o hongos filamentosos.
Dentro de la industria pecuaria los principales géneros fúngicos productores micotoxinas son: Aspergillus, Fusarium, Penicillium y Alternaria. En los animales existen factores que pueden influenciar ya sea aumentando, disminuyendo la toxicidad de las micotoxinas, como lo son edad, sexo, especie y raza de los animales etc., entre algunas afecciones que provocan en los animales encontramos, inmunodepresión, nefrotoxicidad, así como disminución de la ganancia de peso, rechazo del alimento entre otras.
Hoy en día la OMS en conjunto con la FAO, son los organismos encargados de la regularización y legislación de las micotoxinas, no obstante, cada país mediante organismos oficiales dictamina la legislación de las micotoxinas, abarcando desde transporte y niveles permitidos en los alimentos.
Para su análisis se requiere primero de llevar acabo ciertos pasos como lo son el muestreo, la extracción y purificación, así como la confirmación de la muestra, para poder obtener un resultado eficaz y de esta manera tomar medidas de control para evitar la contaminación tanto del grano como de los animales.