Resumen:
La producción simbólica de un lugar turístico implica que el espacio ha sido apropiado e intervenido por agentes políticos y económicos para proyectar imágenes y signos que contribuyan a la reproducción de los grupos sociales, pero transformando las relaciones sociales y las experiencias de lugar tanto de quienes lo consumen como de quienes lo viven cotidianamente. De lo anterior, la importancia del análisis y comparación de los imaginarios espaciales de los diferentes actores sociales que intervienen en el fenómeno turístico mediante las subjetividades. La condición de la posmodernidad de Harvey (1990), las categorías de análisis de lugar y no-lugar de Augé (1992) y entre-lugar turístico de Castrogiovanni (2007) permitieron la comprensión de la fragmentación simbólica del lugar para los pobladores, así como los cambios en las experiencias de los turistas.