Resumen:
Santiago Tulyehualco es un poblado de la alcaldía Xochimilco, en la Ciudad de México, que se ha caracterizado por el cultivo y transformación del amaranto; su reconocimiento se vincula con las técnicas tradicionales de cultivo que aún conservan. El amaranto ha sido el elemento fundamental alrededor del cual se han creado decenas de agroindustrias en este poblado, en la cuales se elabora una diversidad de productos que posteriormente se ofertan al consumidor; sin embargo, estas agroindustrias enfrentan problemas relacionados con una fuerte competencia, prácticas higiénicas que aseguren la calidad e inocuidad de los productos y la falta de difusión de éstos.
Bajo este panorama, esta investigación tuvo por objetivo desarrollar algunas estrategias que mejoren la competitividad de un grupo de seis pequeños productores y transformadores de amaranto en Santiago Tulyehualco, Ciudad de México. El método que se empleó fue la investigación participativa. Se empezó a trabajar con nueve transformadores de amaranto, pero tres abandonaron el proyecto y se continuo con seis. Primero se realizó un diagnóstico sobre sus Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Ocho meses después se hizo una segunda evaluación a sólo seis talleres, antes de lo cual se brindó capacitación y asistencia personalizada a personal de las seis agroindustrias en la implementación de las BPM. Además, se facilitó el contacto con diseñadores gráficos para el diseño de la identidad de marca, y se les asesoró en el etiquetado y presentación de sus productos. Aunque siempre se contempló apoyarlos en la difusión y publicidad de los productos que elaboran y comercializan, debido a la pandemia no fue posible ejecutar esta fase de la manera prevista.
Como resultado de la primera evaluación en BPM, los mejores resultados se obtuvieron en: control de materia prima, control de empaquetado, almacenamiento, transporte, servicios, y manejo de residuos. Las mayores deficiencias se presentaron en general en: instalaciones y áreas, equipo y utensilios, salud e higiene del personal, capacitación, control de operaciones, etiquetado del producto, documentación y registros, y control de plagas. En la segunda evaluación, los rubros mejor evaluados fueron: equipo y utensilios, control de materia prima, salud e higiene del personal (mejora significativa), capacitación, control de operaciones, control de empaquetado, almacenamiento, transporte, servicios, control de plagas, y manejo de residuos. Mientras que las mayores áreas de oportunidad se registraron en: instalaciones
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y áreas, etiquetado del producto, documentación y registros. Como se puede apreciar, hubo una mejora importante en las BPM de los talleres.
En cuanto al diseño de su marca, pese a los esfuerzos realizados, de las cuatro agroindustrias que no lo tenían, sólo fue posible que una lo lograra. Resultados similares fueron los obtenidos en la presentación y etiquetado de los productos que elaboran. Debido a la pandemia, ya no fue posible realizar los planeado en lo referente a la publicidad de los productos finales de los talleres, y sólo se ha logrado tener mayor actividad en la página de Facebook de los transformadores del amaranto.
En conclusión, a pesar de las restricciones de recursos de todo tipo de los productores y el confinamiento de buena parte del año 2020, se considera que las estrategias que se han puesto en marcha para mejorar la competitividad de los transformadores de amaranto de Santiago Tulyehualco han empezado a dar buenos resultados, mismos que se espera que sean aún mayores, siempre que se continúe el trabajo ya iniciado, y se complete el faltante.