Resumen:
La situación ambiental como los cambios climáticos, la contaminación, la disminución de la capa de ozono y los desastres naturales son motivo de reflexión sobre la actitud del ser humano ante la naturaleza, asumiendo que desde diversos ámbitos se deben implementar acciones que den respuesta a la problemática emergente que se vive en la actualidad (Bernal, 2018). La ética juega un papel primordial en el manejo de la naturaleza y, por ende, debe ser pilar fundamental para todo proceso de concientización en la sociedad, y que su comportamiento genere nuevas formas de relación con el entorno de manera local y global. En este marco la actividad turística, ha tratado en los últimos años de introducir principios éticos entre sus diversos agentes (Jensen y Sandström, 2011; Fassin, 2012; González, 2012; Victoria et al., 2016), igualmente han aparecido nuevas formas de ejercerla como el caso del denominado “turismo responsable” (el cual ha tenido un importante y rápido desarrollo); sin embargo, ante la falta de planeación e intervención comprometida de los diversos actores turísticos, la tarea para la preservación de los recursos naturales no ha sido dinámica y constante.