Resumen:
El relato es conocido, y en la mayoría de espacios académicos y organizaciones científicas sobre el tema existe un fuerte consenso (tanto a nivel nacional como internacional) en torno a su veracidad: el hoy vasto y poroso campo desde donde se realizan investigaciones específicas en torno a diversos procesos y medios de comunicación, comenzó lentamente a tomar forma e institucionalizarse a mediados del siglo pasado como respuesta al creciente protagonismo que alcanzó la comunicación masiva dentro de la sociedad funcionalmente diferenciada. Pero dado a que al interior de esta todavía precoz y esponjosa área de investigación confluyen distintos objetos de estudio, múltiples perspectivas teóricas y variados sub-campos de especialización, aparte de que se reconoce a nivel mundial que aún no hay dentro de la academia una respuesta contundente a la persistente e inquietante pregunta acerca de ¿si la rica y fragmentada indagación científica contemporánea sobre la comunicación y los medios todavía sigue siendo un campo abierto -en proceso de maduración- o ya es una disciplina?; incluso cuando desde principios de la década de 1980 varios pensadores reconocieron abiertamente la irrupción de un communicative turn al interior de las ciencias sociales y las humanidades, otro relato también admitido por la mayoría de los historiógrafos de esta inter-disciplinaria área de estudios es el que asevera que desde hace siete u ocho décadas que arrancaron en naciones muy concretas las investigaciones sobre comunicación, lo hicieron justo en el fructífero y mixturado espacio cognitivo donde se cruzaban y hasta empalmaban no sólo diferentes disciplinas sino también facultades.