Resumen:
Ante los cambios vertiginosos por los que está atravesando el mundo empresarial, las organizaciones buscan mejorar y elevar su valor a través de diversas estrategias tales como; las alianzas corporativas, fusiones, inyección de capital, escisiones, el equilibrio de la estructura financiera, etc., todo ello con la debida precaución de minimizar el riesgo, la incertidumbre y alcanzar niveles óptimos de liquidez, solvencia y rentabilidad suficientes para hacer frente a los compromisos a corto y mediano plazo. Es ante este abanico de posibilidades donde se vislumbra la necesidad de conocer el valor real de la empresa, si bien este desafío representa un verdadero reto, también es cierto que es una oportunidad para conocer con mayor certeza cuál debe ser el medio idóneo para determinar ese valor tan esperado, el sistema tradicional a través de indicadores financieros particularmente de fórmulas aritméticas y geométricas, permitía conocer con facilidad aspectos que si bien no estaban considerados como subjetivos, solo se apreciaban con cierta efectividad como instrumentos de medición de ganancias y valor patrimonial. Las organizaciones turísticas, preocupadas por el diario acontecer en el contexto empresarial del sector, han optado por considerar el Valor Económico Agregado (VEA), como la herramienta que de manera equilibrada evalúe el desempeño de la gestión empresarial, maximice la aportación de socios y accionistas y haga a las organizaciones turísticas más competitivas.