Resumen:
El adjetivo política se ha empleado para permitirse examinar las
acciones generales del hombre desde una perspectiva valorativa.
El adjetivo comenzaron a utilizarlo profusamente, en el siglo
xviii, intelectuales interesados en fundar disciplinas y delimitar
dominios de trabajo; así, el concepto economía política lo introdujo Adam Smith, el de filosofía política Thomas Hobbes, etc., y, más recientemente ha surgido el concepto ecología política. Según Fernando Broncano, el término epistemología política se debe a Michael Polanyi, quien lo usaba para defender la autonomía de la ciencia de las intromisiones ideológicas provenientes de los historiadores marxistas (Broncano, 2005). Dado que desde hace tiempo se discute la no neutralidad de la ciencia, puede pensarse que uno de los temas importantes de la epistemología política es, justamente, el papel político de la elaboración de conocimientos científicos.
La epistemología política moderna se sustenta en una asimetría
entre dos formas de producción y legitimación de conocimientos.
Los conocimientos científicos son caracterizados como
realistas y universales; en cambio, en la acción política todas las
propuestas se consideran construidas por y son relativas a los grupos que las elaboran y sostienen. Consecuentemente, el método de ambos es diferente: el método científico es único y no puede depender del grupo que lo aplica; en cambio, en la política todas las elaboraciones son relativas a los colectivos que les dan vida. En versiones extremas del universalismo y del relativismo, el conocimiento científico es un reflejo de la realidad, lo que desacredita el papel del sujeto congnoscente, o bien, el conocimiento científico no es más que una construcción humana, lo cual desacredita el papel del objeto de conocimiento.