Resumen:
A partir de su surgimiento, a finales del siglo XIX, el poeta, escritor y crítico de cine italiano, Riccioto Canudo, en su obra “Manifiesto de las Siete Artes”, en 1911, fue que el cine comenzó a llamarse como el séptimo arte.
A lo largo de la historia distintos autores han definido al arte desde su propia perspectiva. De acuerdo con Tomás de Aquino, quien era un teólogo y filósofo católico, definió al arte como “el recto ordenamiento de la razón”; por su parte Johann Christoph Friedrich Schiller fue un dramaturgo, poeta, filósofo e historiador alemán, concibió el arte como “aquello que establece su propia regla”; otro concepto que se conoce es “el arte es expresión de la sociedad”, de acuerdo con el escritor, crítico de arte, artista sociólogo británico John Ruskin; el pintor y escultor español, Pablo Picasso conceptualizó al arte “como la mentira que no ayuda a ver la verdad”; etc.
Por otro lado, también se halla la postura de Fernández en su libro “Iniciación al lenguaje del cine” en el que describe al cine como
“un espectáculo visual, un medio de conocimiento del mundo en general, un instrumento para vivir imaginativamente es un lenguaje de imágenes, más de ruidos, más de palabras y de músicas, el séptimo arte tiene elementos o cosas tomadas de las otras artes, pero solamente el cine es capaz, frente a todas las artes, de reproducir las imágenes en movimiento.” (Fernández, 1979, p.4).
Lo cierto es, que el arte, sin importar su definición, se trata de un ente intangible que es capaz de comunicar y conectar con aquel que tiene contacto con éste. Ese vínculo se crea a partir de un estímulo emocional en el receptor, logrando así darle un sentido al arte y una significación.