Resumen:
Hasta hace no muchos años había aún quienes restaban importancia al tema del
deterioro ambiental y el calentamiento global. Sin embargo, los fenómenos
meteorológicos que se han presentado recientemente en todas partes del mundo
(tormentas inusuales, inundaciones, elevadas temperaturas que generan
incendios, etc.) han obligado, incluso a los escépticos, a reconocer la urgencia de
emprender acciones más decididas para detener el avance de todo este daño.
Con la esperanza de que estemos aún a tiempo de emprender las acciones que
contengan esta situación, han surgido en todas partes voces y acciones que
buscan generar una conciencia global para cuidar nuestro hogar común: el planeta
Tierra.
Siendo el turismo una actividad que ha cobrado una enorme importancia en este
tiempo, quienes somos parte de su promoción e implementación debemos hacer
conciencia de las implicaciones ambientales que tiene esta actividad. Los medios
de comunicación y las condiciones socio económicas de muchas personas en el
planeta han causado una movilidad turística sin precedentes. La llegada masiva
de visitantes puede causar beneficios económicos para los habitantes de un sitio,
es decir; la comunidad local, así como el crecimiento de las modalidades de
turismo ofertadas como una alternativa actual, pero puede ser también causa de
muchas consecuencias negativas, convirtiendo una buena acción en un uso
descontrolado de recursos.
En nuestra localidad, que es el Valle de Toluca, al igual que en muchas otras
partes del país, las diferentes instancias de gobierno están dedicando grandes
esfuerzos para promocionar y atraer turistas a las muy variadas y atractivas
alternativas turísticas con que contamos. Sin embargo, a primera vista pareciera
que el cuidado, la sustentabilidad, y la educación ambiental no son temas
prioritarios.
Aparentemente, el interés primordial es atraer a la mayor cantidad posible de
visitantes para que éstos generen una mayor derrama económica, lo que
indiscutiblemente es muy importante; pero a la vez se deben tener en cuenta un
buen número de factores que, si no se atienden, podrían convertir esta ventaja en
una amarga y muy breve victoria.
Las muy variadas normativas (de carácter tanto internacional como nacional y
local) permitirían a las autoridades de los diferentes niveles incentivar (e incluso
obligar) a los diversos sectores de la sociedad a acatar las indicaciones para
cuidar y conservar nuestros tesoros ambientales y turísticos. Existe un gran
número de iniciativas y recomendaciones que pueden ser de gran utilidad para
saber cómo aprovechar la actividad turística y obtener de ésta lo mejor, a la vez
que se cuidan los sitios y la calidad de vida de las comunidades que en ellas
habitan. Desgraciadamente, dichas normas se aplican con más atención en los
países desarrollados, mientras que en los países pobres es muy frecuente que se
observen de manera muy relajada incluso pueden ser ignoradas.
Es por esto que la educación ambiental tendría que ser una de las prioridades de
nuestras autoridades. Hacer que la gente, desde muy temprana edad, aprecie y
valore los maravillosos recursos naturales con que cuenta nuestra región. Aunado
a esto, la sustentabilidad debería ser un tema fundamental dentro de los estudios
turísticos y estar dirigida a la generación de planes de manejo y documentos que
nos permitan entenderla.
Entre los sitios valiosos que posee nuestro valle podemos mencionar el volcán
conocido como Nevado de Toluca que, además de que contiene muchos
hermosos parajes, ofrece múltiples beneficios a las poblaciones asentadas a sus
pies, entre ellas nuestra ciudad capital. Tenemos el recientemente mejorado
Parque Sierra Morelos, literalmente a las puertas de la ciudad capital. El increíble
parque Bicentenario, los humedales de Lerma, una joya ambiental que se nos está
escapando de las manos y, un poco más distante, pero no por eso menos
apreciado, el Parque Nacional de la Marquesa.
Estos y otros sitios más, deben ser nuestro orgullo, nuestros más valioso tesoro.
Son lugares que pueden atraer a una gran cantidad de personas que buscan
apreciar la naturaleza en todo su esplendor, pero si no hacemos nuestra tarea, si
no los cuidamos y los convertimos en sitios totalmente sustentables, podrían
terminar maltratados y arruinados, lo que sería una verdadera tragedia y una falta
de responsabilidad de todos nosotros como sociedad.