Resumen:
La antropología tiene como objeto de estudio a la otredad, la cual podemos definir como un segmento de la sociedad que, de manera cultural o metodológica, esta diferenciada del investigador, por una serie de patrones culturales, como parte del extrañamiento metodológico para proceder a la investigación, el científico, realiza esta diferenciación con el objetivo de tener una mirada crítica y objetiva de dicha sociedad. Estos estudios, a tiempo en que la ciencia antropológica se consideraba como naciente, se centraban en sociedades premodernas, ahistóricas y con elementos como el lenguaje, totalmente ajenos al investigador, sin embargo, los
estudios antropológicos han volteado la mirada a sociedades que cohabitan con los antropólogos, incluso llegando a estudiar las sociedades en las que el antropólogo es parte.
Este cambio de mirada a grupos sociales que cohabitan con los investigadores, ha traído a discusión el acercamiento que debe tener el investigador a dicha sociedad, cuestionando el grado de objetividad que puede tener un científico al estudiar su propia cultura. Este fenómeno puede verse como una ventaja para la investigación, debido a que los pasos como el aprendizaje de la lengua y el proceso de “invisibilización” ya han sido superados por el investigador. Sin embargo, dichos estudios también pueden ser criticados desde el nicho de la carencia de objetividad o extrañamiento (social y cultural) de los sucesos ocurridos.
En este caso, la investigación antropológica que se abordará en la presente investigación, será con un grupo social que coexiste conmigo como investigador, del cual soy parte y desempeño socialmente una función dentro de ese grupo.