Resumen:
Presentar una interpretación de cualquier autor en particular siempre resulta una
gran problemática, porque en cierta forma se intenta posicionarse en comunión
con él, tratarnos de acercarnos lo más posible, pisar la huella que dejó, todo en
aras de una mejor comprensión, sin embargo, siempre existirá una pequeña
rendija que no podremos tapar. En el caso específico de Kierkegaard, lo dicho se
amplifica o como diría el Doctor Blanco Regueira, al referirse a la obra de Søren,
“ésa es la sombra de la Sombra”, pues Kierkegaard siempre va un paso al frente
de su lector, aspecto que dificulta, en cierto grado la comprensión de su obra. Por
ejemplo: lo más abundante y lo mayormente resaltante en toda la obra
Kierkegaardiana, son las constantes referencias a momentos biográficos de suma
importancia en la vida del autor del Evangelio de los Sufrimientos, tan es así que
podríamos decir, él nos relata su vida, y con ello nos vemos tentados a considerar
dichos elementos como relevantes, pero esta trasformación de la vida de
Kierkegaard en un elemento literario o incluso detenernos en el carácter polémico
de su libros nos ubicaríamos muy lejos de lo esencial, más bien, lo esencial del
pensamiento Kierkegaardiano se esconde entre un juego de pseudónimos, donde
nos es posible observar como poco a poco cobra sentido el propósito implícito en
dentro de su obra,. Convirtiéndolo en un Divino Burlador. Recordemos que
Kierkegaard no intenta darnos conceptos acabados, o una especie de receta a
manera de un platillo de cocina, en la cual se nos indique pasó a paso cómo
deberíamos vivir, menos aún, él intenta erigir un sistema pretendiendo abarcar
todo conocimiento e incluso a la existencia misma. Cuando leemos a Søren
Kierkegaard nos damos cuenta con cuan singular peculiaridad él se dirige a
nosotros, sus lectores, es una forma muy distinta a la de un tradición filosofía,
siendo la exposición de conceptos lo único relevante, en contraste, él se dirige
“directa y personalmente” e intenta, de igual manera, hablarnos de cosas, que
quizás muchos puedan considerar “simples”, pero no por ello exentas de dificultad
o de menor importancia a la hora de entenderlas, por ejemplo, ¿Qué sería lo más
simple de entre muchas cosas, que aquello que ya somos, individuos singulares?
4
Pero al mismo tiempo ¿Qué sería más difícil de entre todas las cosas, sino llegar a
ser lo que ya somos?