Resumen:
La sepsis abdominal constituye un reto diagnóstico, y terapéutico para cualquier
equipo médico - quirúrgico, en parte porque se conforma de elementos que
requieren manejo inmediato para permitir un mejor pronóstico para el paciente.
Los actores principales de este proceso patológico son, cualquier foco infeccioso de
la cavidad abdominal, y los factores pro-inflamatorios que actúan dentro de este
escenario desencadenando una serie de cambios, no solo locales, o regionales, si
no sistémicos, que dan resultado a los datos clínicos que permiten el
reconocimiento, por medio de la clínica, de esta respuesta orgánica.
No importando la edad, la sepsis abdominal lleva a los objetivos de identificar, y
evaluar los microorganismos que llevaron a desencadenar el insulto mecánico en el
peritoneo1
. Este concepto como la mayoría de todos los conocidos en el ambiente
quirúrgico deriva de la cirugía de control de daños y la atención del ciclo vicioso,
constituido por el choque, la coagulopatía, hipotermia, el sangrado, los cuales
invariablemente llevan a la muerte. El tratamiento antibiótico temprano una vez
reconocido en cada paciente, puede incluso a ser el único tratamiento efectivo, y
llevar a excelentes resultados, pero estos casos, siguen siendo excepcionales, y la
cirugía es el recurso definitivo y más efectivo, para la sepsis abdominal.1 Al mismo
tiempo puede aparecer un concepto igual de importante y secundario a la patología
de fondo abdominal, el síndrome compartimental abdominal y su estado previo
hipertensivo abdominal, que conlleva al uso del abdomen abierto como principal
herramienta quirúrgica, que ha demostrado excelentes resultados a corto y largo
plazo.