Resumen:
El Estado de México aporta el 44% (6 731 ha) de la superficie establecida con cultivos ornamentales en México y se ubica como líder en esta actividad; el crisantemo (Chrysanthemum spp.) se cultiva en el 43.7% de ésta superficie y es el
principal cultivo. Para satisfacer la calidad, volumen y continuidad que requiere el mercado, los productores de esta especie desarrollan programas basados en un elevado consumo de productos químicos, como los fertilizantes, que originan serios problemas al ambiente; el uso de biofertilizantes es una alternativa para su sustitución parcial. Para estudiar los efectos de Bacillus subtilis, Glomus fasciculatum y sus interacciones con la época de inoculación y la dosis de fertili-
zación sobre el crecimiento y la calidad de color en Chrysanthemum cv. Polaris white, en 2015 bajo cubierta plástica se establecieron 36 tratamientos en un diseño completamente al azar, en un arreglo factorial 2x2x3x3. Los tratamientos
con ambos simbiontes más 50% de fertilización química incrementaron en 20.6% el diámetro de la flor, en 11% la intensidad del color, en 36% el contenido de fenoles, en 65.8% sólidos solubles, en 11.72% N y 17% K en tallo, y sin fertilizante 48.14% de N en flor, 24% y 25.6% de P en tallo y en flor respectivamente y 16.6% de K en flor. Ambos microorganismos rizósfericos interactuaron positivamente para mejorar la calidad de flor con menos fertilizantes químicos.