Resumen:
En México la Farmacovigilancia inicia oficialmente en 1995, cuando la Secretaría de Salud implementa dentro del programa de control y vigilancia de medicamentos, el Programa Permanente de Farmacovigilancia (PPFV), considerado como el “Instrumento para conocer el perfil de seguridad y detectar oportunamente problemas potenciales con el uso de medicamentos”, para así poder detectar problemas relacionados con estos y promover su uso seguro en los pacientes (Bustamante, 2014).
Entre las estrategias para detectar problemas relacionados con los medicamentos y promover su uso seguro en los pacientes, encontramos a la farmacovigilancia, que nos lleva a detectar, evaluar, comprender y prevenir los eventos adversos, las sospechas de reacciones adversas (sRAM’s), las reacciones adversas (RAM’s), o cualquier otro problema de seguridad relacionado con el uso de los medicamentos, a través de un sistema de notificación efectivo.
El objetivo principal es analizar las RAM’s notificadas a través del PPFV en el Centro Médico “Lic. Adolfo López Mateos” del ISEM, para comprender su desarrollo en los pacientes y con ello proponer acciones de prevención para mejorar el uso de los medicamentos.
Como material principal las notificaciones de RAM’s reportadas a la unidad de farmacovigilancia del CMALM a través del PPFV durante 2015 y 2016, de acuerdo a la metodología referida en la NOM-220-SSA1-2012.
Mediante este estudio se obtuvo que el tramadol (10.15%) es el medicamento con mayor número de notificaciones, seguido del ciprofloxacino (8.86%), mientras que rash fue la RAM más frecuente con un 15.45%; además se determinó la prevalencia por años desde 2013 (0.01%) hasta 2016 (1.23%), así como el costo de dos RAM’s graves (Síndrome de Stevens Johnson) es de $621,197.50.
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Un monitoreo continuo de todos los pacientes permitiría detectar oportunamente una RAM para así dar tratamiento en tiempo, a su vez evitar que esta sea grave y genere un costo adicional a la Unidad Médica.