Resumen:
El conocimiento científico en torno al parásito Trypanosoma cruzi y la enfermedad de Chagas, en la actualidad permite diversificar estrategias que tienen la finalidad de solucionar o aminorar el problema. Entre estas medidas se encuentra el control del vector, desarrollo de agentes farmacológicos y vacunas de nueva generación, así como el uso de tratamientos alternativos que involucran extractos herbolarios con capacidad antiparasitaria. A pesar del poco éxito alcanzado, la OMS aun reporta 8 millones de personas infectadas en el mundo, 25 millones en riesgo de contraer la infección y un registro de 10,000 muertes al año. En este contexto, el problema se ha globalizado ya que recientemente se han registrado casos de Chagas en lugares no endémicos. Actualmente solo los fármacos Nifurtimox y Benznidazol han demostrado eficacia en el tratamiento, sin embargo, su empleo conlleva a efectos adversos cuya severidad es dosis dependiente y proporcional a la cronicidad de la enfermedad. El panorama epidemiológico de esta enfermedad podría ser un gran desafío, debido a la inexistencia de vacunas antiparasitarias efectivas, aunado a la resistencia farmacológica que últimamente se ha reportado en el parasito. Respecto a las estrategias vacunales, se han empleado antígenos de superficie del parásito como vacunas de ADN o proteínas recombinantes, las cuales han demostrado efectos inmunoestimulantes de las respuestas de tipo Th1 y Th2. En algunos casos, se ha controlado la carga parasitaria y el infiltrado inflamatorio, alcanzando mayor sobrevida en modelos de infección experimental. Sin embargo, estas medidas tienen limitantes terapéuticas, debido a que no se logra inmunidad estéril y/o las respuestas inmunitarias específicas son inadecuadas. Recientemente, llama la atención el uso de antioxidantes exógenos como medida terapéutica contra la enfermedad. En esta relación, las vitaminas E y C han demostrado efectos positivos en cuanto a la evolución de la cardiomiopatía chagasica crónica. Tales efectos cardioprotectores, se atribuyen a una disminución en los niveles de estrés y daño oxidativo, los cuales se asocian a la sobre-activación del sistema inmunitario contra la enfermedad de Chagas y/o a los efectos adversos propiciados por terapéutica farmacológica. En la presente investigación evaluamos el efecto de la ASTX in vitro, en parásitos cultivados axénicamente y en co-cultivo con células Vero, e in vivo, donde se evaluó la suplementación de la ASTX en ratones BALB/c infectados con T. cruzi previamente inmunizados con TcVac1M. Los resultados in vitro muestran que la astaxantina tiene efecto detrimental sobre los parásitos, pero no cuando se cultiva con monocapa de células Vero. In vivo, la ASTX no mostró valor terapéutico frente a la infección pues los ratones murieron antes del día 30 después de la infección y no contribuyo en el control de la parasitemia. Sin embargo, se mostró incremento en la infiltración linfo-plasmocítica de tipo focal en corazón, con reducción en el número de nidos de amastigotes, y en bazo los folículos linfoides fueron menos hiperplásicos en comparación con los grupos control. El uso de la vacuna TcVac1M y la suplementación con ASTX, no mostró control en la carga parasitaria y la vacuna por sí sola mostró 50 % de sobrevivencia comparado con el 25 % en los ratones suplementados con ASTX. También se observó una disminución en los niveles de estrés oxidativo y no hubo mejora en la producción de anticuerpos IgG. En tejido cardiaco la suplementación del antioxidante registró nidos de amastigotes con moderada infiltración linfo-plasmocítica, comparado con el grupo control vacunal el cual no registró nidos de amastigotes y el infiltrado fue ligero. De ahí que no se recomienda el uso de la ASTX durante la fase aguda de la infección por T. cruzi, ya sea solo o en combinación con fármacos terapéuticos. La vacuna TcVac1M por si sola induce una buena respuesta inmune contra la infección inducida por T. cruzi en ratones BALB/c. A pesar de lo reportado, son necesario nuevas estrategias vacunales y sería importante evaluar la ASTX en fase crónica de la enfermedad de Chagas y determinar si tiene potencial contra el desarrollo de la cardiomiopatía chagasica.