Resumen:
Las plantas de sacrificio han experimentado transformaciones radicales en
los últimos años debido a la necesidad de aumentar la eficiencia e incorporar
nuevas tecnologías para la mejora de la infraestructura, el bienestar animal y la
calidad del producto. Sin embargo, las plantas de sacrificio se diseñan con base
en criterios arquitectónicos convencionales, como la optimización del espacio o la
facilitación de las actividades humanas, y no en las necesidades de
comportamiento de los animales (Miranda-de la Lama et al., 2010, 2011a
). En esas
condiciones, los animales pueden estar expuestos a muchos estímulos
estresantes, como la descarga, el manejo, la sobrepoblación, la privación de
alimentos, los sonidos, los olores novedosos (Gregory 2007) y las fallas
operacionales. En este contexto, para ayudar a mantener y mejorar la calidad de
los estándares operativos, es importante identificar los riesgos operativos
(Villarroel et al., 2001) y es necesario desarrollar sistemas de auditoría eficientes y
precisos que puedan detectar o prevenir problemas de bienestar animal. (Grandin
2010). Una auditoría puede contribuir al desarrollo de un sistema de puntos
críticos de control para eliminar las malas prácticas y un manejo más eficiente de
los animales, lo que mejorará la eficiencia de la logística y garantizará niveles
mínimos de bienestar animal (Miranda-de la Lama et al., 2010).