Resumen:
No se puede chiflar y comer pinole", refrán que ejemplifica la imposibilidad de hacer dos
cosas contrarias al mismo tiempo, referido al alimento prehispánico pinole, incluido este en
la dieta básica de diversas culturas latinas importantes. La palabra náhuatl Pinolli, significa
harina de maíz tostado, obtenida de la molienda de granos enteros de maíz tostados,
combinados con azúcar y canela, principalmente (Molina, 2019). Se consume como atole,
agua fresca, golosina regional, tortillas o tostadas, entre otros.
La localidad de Jocotitlán, Estado de México, comprende una población que acostumbra la
producción y consumo del pinole. Sin embargo, dicho alimento comienza a mostrar menos
presencia, de cara a una población con una escasa presencia de adultos mayores, que presenta
actividades económicas como agricultura donde la principal producción es el maíz
pigmentado, avena, trigo y haba de traspatio. El objetivo del presente trabajo se enfocó a la
revalorización de éste alimento tradicional prehispánico, “el pinole”, en la comunidad
mencionada de la región Mazahua del Estado de México, en la que forma parte importante
de su alimentación. Para la presente investigación, se consideró la “revalorización” como el
tomar los saber hacer y ser, de la localidad mencionada en la producción del pinole como un alimento que se encuentra ligado a su cultura y territorio. Para su elaboración, se usa
principalmente, el maíz negro cónico que es característico de los valles altos y en especial de
la localidad de estudio (Decle, 2019). Para el rescate del alimento, se utilizó la formulación
tradicional y se propusieron nuevas mesclas utilizando diferentes cereales (como trigo,
avena, cebada y chía). El presente reporte de conocimientos se realizó mediante cuatro
apartados. El primero comprendió la definición y características del problema, durante la
cual, se estableció los aspectos fundamentales del alimento, aspectos nutrimentales del maíz
(Zea mays) e ingredientes del pinole, un análisis detallado de la relación de los puntos
específicos de la problemática del presente trabajo con aquellas unidades de aprendizaje
(UA) de la currícula del Plan de Estudios (PE) del Ingeniero Agrónomo Industrial (IAI) que
fueron la herramienta para abordar lo mencionado. La segunda etapa, comprendió un análisis
de las alternativas previas de solución, iniciando con un análisis de las características de la
población en estudio, aspectos nutritivos del pinole y de los granos que se pretendían incluir
dentro de posibles formulaciones alternativas. La tercera etapa fue la solución propuesta al
problema mencionado, estandarización de la elaboración de la bebida a base de leche
elaborada con la formulación tradicional del alimento y de formulaciones alternativas con
otros granos y el establecer el diagnóstico de producción y consumo de pinole. Finalmente,
la última etapa abarcó la evaluación de la propuesta planteada, los resultados del cuestionario
para identificar el nivel de consumo y producción. En base a lo obtenido, se propusieron
formulaciones alternativas de pinole utilizando granos como trigo, chía, avena y cambiando
el edulcorante a uno reducido en calorías. El nivel de agrado de la formulación de pinole
tradicional y de las formulaciones propuestas se evaluó mediante una evaluación sensorial con una prueba descriptiva-cuantitativa que inició desde la identificación de los descriptores
para aroma y textura de este alimento, ya que no hay reportes científicos de lo mencionado.
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La formulación con trigo (Triticum aestivum L.) y Stevia mostraron la intensidad de
descriptores muy similar al pinole tradicional, en cuando al dulzor y el resto de los
descriptores. Las formulaciones que mostraron a los descriptores de textura con una mayor
intensidad y por lo tanto, un mayor agrado por parte de los jueces, fueron espesa y cremosa,
lo cual se presentó en la formulación mencionada, la tradicional y cuando se utilizó avena
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(Avena sativa y Stevia ). Siendo éstas las mejores opciones sugeridas.