Resumen:
El capítulo de libro titulado “Los signos de la belleza. La estructura significante del platillo gastronómico” es una investigación realizada por Ricardo Hernández López, Andrés López Ojeda, Héctor Javier Favila Cisneros y Celia Guzmán Hernández, en la que se plantea una revisión de propuestas teóricas y metodológicas, cuyos aportes pueden servir de base para el estudio de los platillos gastronómicos en particular y de la gastronomía en general en dos vertientes teóricas principales: la semiótica y la recepción estética. Inician su aportación con una reflexión que surge a partir de la inclusión de un platillo gastronómico en una bienal de arte —La Documenta de Kassel— hecho a partir del cual surgen reflexiones teóricas que valdría la pena rescatar, particularmente, y a raíz de los aportes de Umberto Eco, al situar al platillo como un fenómeno de la cultura, lo que lo convierte en objeto de comunicación y, por ende, de significación. Parten de las siguientes interrogantes que a través de la investigación se trata de responder ¿cómo es el proceso de esta producción y recepción de significados?, específicamente, ¿cómo se desarrolla para las cuestiones gastronómicas? Y ¿desde qué perspectivas teórico-metodológicas se puede lograr? En primer lugar, sitúan al platillo gastronómico como una estructura significante, lo cual conlleva a considerarlo, en primera instancia, bajo la denominación de signo. A partir de esta naturaleza, se establece, entonces, como un complejo estructural de signos, mensajes y códigos que requieren de una decodificación para su explicación. De esta manera, realizan una revisión de los aportes teóricos del ya citado Umberto Eco, de Jan Mukarovsky y de Pierre Bourdieu, quienes, en conjunto, abonan al estudio de la significación del platillo gastronómico, lo cual se puede lograr al conjuntar el análisis en dos planos: interno (el análisis estético) y externo (análisis histórico). A partir de esto los autores desarrollan su investigación. Concluyen en que la invitación de la curadora de la Documenta de 2007 a un chef fue, sin duda, una acción revolucionaria que provocó, posiblemente, opiniones encontradas, pero que dejó como herencia nuevos debates teóricos en torno a las nuevas categorías del arte, la función del acto estético, y para fines de esta investigación, a los procesos de recepción estética, de producción y significación de los platillos en particular y de la gastronomía en general, considerando que ésta conlleva experiencias que involucran no sólo lo intelectual, sino también lo sensible: vista, gusto, olfato, y que la gastronomía no sólo está anclada a las emociones del cuerpo, sino también a las del espíritu, y en ese terreno es más complicado el abordaje de los signos de la belleza como categoría de análisis, pero no imposible.