Resumen:
La pandemia de COVID-19 ha cambiado fundamentalmente la capacidad de las personas para trabajar con normalidad, de las organizaciones para operar con efectividad y de los mercados para funcionar con eficiencia, pero principalmente ha demostrado el valor material de la salud y las contribuciones de las personas al éxito comercial de una empresa.
Este escenario obligó a las organizaciones a crear nuevas estrategias para superar el momento crítico de la crisis y planear volver a las actividades en la "nueva normalidad".
Las áreas de capital humano funcionan como interfaz entre la organización y el personal, por lo tanto, el trabajo de los gestores de capital humano tendrá una tarea importante en el restablecimiento de condiciones favorables que ayuden a la recuperación global
Es por ello por lo que la capacitación del personal es una de las mejores inversiones que deben hacer todo tipo de organizaciones, ya que contribuye de manera significativa al logro de la eficiencia en todos los puestos de trabajo.
Las personas que se desempeñan en cualquier área, sea operativa, funcional y directiva conducen a enfocar sus conocimientos, capacidades y competencias adquiridas a través de la capacitación como uno de los elementos prioritarios para mejorar, aportar y mantener su estatus laboral, lo que les permite además, modificar o cambiar actitudes y comportamientos con las demás personas dentro de las organizaciones, dirigiéndolos hacia el alcance de mayores niveles de calidad, productividad, efectividad, rentabilidad y por ende competitividad.
El plan o programa de capacitación, ahora se concibe como una estrategia competitiva, es el medio para mantener, mejorar e incentivar a los recursos
humanos con respecto a la organización, su interés radica en el impacto a corto, mediano y largo plazo en los resultados operativos, financieros y de posicionamiento.
Asimismo, esta estrategia debe estar considerada dentro de los planes de acción dirigidos a la optimización de los recursos humanos, lo que implica que, como toda inversión, se le debe asignar un presupuesto, de acuerdo con lo que marca las regulaciones aplicables de carácter laboral. En las organizaciones turísticas, se concibe que la calidad en el servicio es una ventaja competitiva, razón por la cual se subraya la importancia de una formación adecuada, actualizada y constante de todo el recurso humano, ya que todo trabajo realizado en esta actividad va encaminada a un único objetivo: la plena satisfacción del cliente. Todos los colaboradores que se involucran en estas actividades dentro de la actividad turística impactan con su cometido en las expectativas de los clientes, y por tanto si no están capacitados pueden dañar la percepción de calidad de la organización. Lo anterior se justifica que si no se considera una formación adecuada se corre el peligro de que los resultados que se obtengan generan un grave problema de competitividad. La correcta inversión en capacitación proporcionará oportunidades de aprendizaje, mejora en su desempeño, ánimo en el desarrollo de sus tareas y funciones, propiciando la oportunidad de descubrir potencial de talento para mayores logros dentro de la empresa. Se espera que esta formación produzca un efecto en cadena de tal suerte que, el recurso humano bien capacitado, transmita los mejores valores de atención, calidad y
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satisfacción, primeramente, a cada nuevo personal que entra y que va fortaleciendo su conocimiento, habilidades y competencias. Es por esa razón que las organizaciones turísticas le apuestan a generar todas las oportunidades de formación requeridas, y no sólo dentro del ámbito de desarrollo de esta actividad económica esencial, sino contemplando la necesaria transversalidad que cada día implica más a toda la actividad. El talento laboral de una organización no necesita tanto que se le forme en su lógica productiva, como que se le enseñe a resolver situaciones que aún están por aparecer.