Resumen:
Recientemente el ambiente y su problemática se ha convertido en un tema público, si bien se tienen antecedentes de preocupación por el ambiente desde la época prehispánica, en que se conservaban territorios con fines religiosos, y del siglo XIX, de reclamos de la sociedad por la pérdida de espacios naturales como consecuencia de la industrialización, fue hasta los años sesenta cuando los distintos movimientos sociales, fueron escuchados por empresarios y gobiernos, dando como respuesta reuniones internacionales, tratados y acuerdos, convirtiendo así el ambiente en un tema político. A partir de estos interéses políticos y económicos es que surgen las Áreas Naturales Protegidas como una estrategia para control y dominación del ambiente. El caso de Puerto Morelos es una muestra de cómo la política ambiental de ANP ha sido utilizada para la consecución de un fin, que es la obtención de capital, y no la protección de recursos como se quiere aparentar. Puerto Morelos es un poblado tradicionalmente pesquero del estado de Quintana Roo, México. Su historia relata los intereses alrededor de los recursos naturales con que cuenta; entre los que destacan la selva, una porción de la segunda barrera arrecifal más grande del mundo y grandes extensiones de manglar. La comunidad de Puerto Morelos en la búsqueda de proteger sus recursos convirtió su arrecide en un Parque Nacional. En esta investigación se analiza el proceso que mediante las ANP convierte el ambiente en una mercancía, a través de la propuesta teórica de tres dinámicas: penetración, subsunción y despojo. Los procesos en que ha estado inmersa la comunidad se han dado de manera tan gradual, que pareciera ser el curso natural de las cosas, por lo que no existe otra alternativa y ha complicado que la población se percate de lo que pasa, puesto que convergen de manera diaria y dependen del turismo, que ha sido la actividad mediante la cual se inserta el capital. La intervención de organismos internacionales y la aplicación de modelos foráneos, ha fracturado la estructura social de la comunidad, propiciando así la entrada de personas ajenas que al no sentir ninguna identidad con los recursos, han impulsado su mercantilización.