Resumen:
La relación entre alimentos y turismo ocupa un importante lugar en los estudios turísticos. Dichos trabajos presentan ambigüedad conceptual respecto al turismo asociado con alimentos emblemáticos. Por ello es necesario realizar una revisión del alimento como recurso turístico, a partir de su función como marcador de identidad territorial, que permite crear experiencias auténticas. El objetivo del trabajo es reflexionar sobre la vinculación entre agricultura, gastronomía y turismo, con la finalidad de comprender cómo éstas intersecciones influyen en la consolidación de nuevas tendencias turísticas.
Descripción:
Los alimentos siempre han sido parte fundamental del producto turístico debido a que, durante el viaje, los turistas deben consumirlos como parte sustantiva de su estadía. En el contexto del turismo de sol y playa, la oferta gastronómica se ha asociado generalmente a platos homogéneos y estandarizados, ajustados a la demanda turística. Sin embargo, esta situación cambió a raíz de la emergencia de nuevos patrones de consumo turístico, centrados en la singularidad de los alimentos, en detrimento de las ofertas estandarizadas. En este sentido, el patrimonio agroalimentario comenzó a ganar un lugar importante dentro de las motivaciones de los turistas interesados en conocer parte de la cultura de los destinos visitados. Así, los alimentos ligados al territorio tenían la posibilidad de convertirse en atractivos turísticos.