Resumen:
En los últimos años autores como Aksu y Özdemir (2005); Bayraktaroglu y Ozen Kutanis (2003); Hallin y Marnburg (2008); Kraleva (2011); Ortega Herrera y Sánchez Ramos (2018); Valecillos y Quintero (2007); han llegado a la conclusión de que las empresas se han visto en la necesidad de ajustarse a los constantes cambios que demandan los entornos políticos, económicos y sociales, obligándolas a invertir en sus recursos internos como el capital intelectual, talento humano, conocimientos y tecnología. Por lo cual, a través del análisis de 50 artículos entre los años de 1996-2020, clasificados en perfiles temáticos: organizaciones tradicionales, organizaciones que aprenden u organizaciones inteligentes, análisis organizacional de las organizaciones inteligentes, así como organizaciones turísticas inteligentes, obtenidos de bases de datos como ScienceDirect, Dianelt y Scielo; motores de búsqueda como Mendeley y Google Scholar; y finalmente con editoriales mundiales como Emerald Insight, además de utilizar el software VOSviewer para obtener datos más precisos de las investigaciones, se logró identificar que para eliminar la incertidumbre y formar empresas competitivas, éstas se deben transformar en organizaciones inteligentes que generen un equilibrio entre la oferta y demanda, con el objetivo de ganar clientes satisfechos. Siendo que, esta transformación empresarial se logra a través del aprendizaje, el fortalecimiento de capacidades de innovación, el intercambio de conocimiento a través de un entorno colaborativo, y un compromiso de los empleados en todo el proceso de producción, las áreas funcionales, los liderazgos empresariales y las políticas organizacionales, que en conjunto forman una empresa inteligente, que aplicada a una empresa turística tendrá como resultado la calidad de los productos o servicios satisfaciendo las necesidades de los clientes, incluso rebasando sus expectativas, logrando así ventajas competitivas dentro de un mercado global más complejo.